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UN OJO SOBRE
LAS DAMAS BLANCAS
por RÉGIS BERTAUD
LE JOURNAL SPIRITE N° 85 JUILLET 2011


En 1977, por la carretera nacional 90, en el Isère, un médico de Grenoble recogió a una encantadora autoestopista. Durante el recorrido, ella se mostró más bien taciturna y poco locuaz, hasta que el vehículo llegó a un paso muy delicado de la carretera llamado “Le Pont-du-Furet”. En ese momento, la chica mostró gran temor y se hizo dejar un poco más lejos, delante de una vivienda que afirmó ser “la de sus padres”. El médico le prestó su paraguas pues llovía a cántaros. Esperó delante de la casa que la chica le devolviera el préstamo. Pasaron los minutos y el médico se decidió a llamar en la puerta de la casa. Se encontró con una pareja de unos cincuenta años. La joven no existía, o más bien, ya no existía. Era su hija única. Se había matado un año antes, en un accidente de moto, en el Pont-du-Furet. Seguramente ustedes conocen muchas historias de este género, historias que ponen la carne de gallina. Para muchos, eso sigue siendo una leyenda urbana; sin embargo varios de estos casos están registrados en la gendarmería. El balance es claro: son muchos los testigos que han vivido la misma situación. La farsa hay que descartarla, la ilusión también. Se trata en realidad de hechos precisos que ninguna investigación materialista ha podido explicar hasta el día de hoy. Estas historias tocan un campo que parece sensible, el de la manifestación de los espíritus. Subsiste siempre una prudencia, un pudor o hasta un miedo frente a estos hechos; es por eso que el conjunto de estos expedientes se encuentra, todavía hoy, en los archivos de la gendarmería bajo la rúbrica de extraño. Ciertos autores han realizado su investigación y varios libros han tratado de dar explicaciones más o menos interesantes. No obstante, siempre falta un enfoque firme, comprometido, que identifique la causa del fenómeno.

El origen de las damas blancas
 
“Damas blancas” es una denominación para hablar de todas estas apariciones de mujeres fantasmas, que tienen relación directa con las manifestaciones del más allá. Ocurren en diferentes lugares, en diferentes épocas y de diferentes maneras. Siempre han sido anunciadoras de eventos particulares como muerte, nacimiento, guerra… La dama blanca parece derivar claramente de la “Banshee”, conocida en el país gaélico como la aparición de una mujer fantasma. La traducción en francés correspondería a “mujer del otro mundo” o hasta: “mensajera del más allá”. Cada gran familia irlandesa, por ejemplo, tenía su propia “Banshee”. Tales apariciones son conocidas también en el continente europeo, en Alemania y en Bohemia. Generalmente los testigos las ven en los castillos. En 1486, se daba testimonio de la aparición de damas blancas en el castillo de Bayreuth en Baviera. Se las volvió a ver en 1619 durante el reinado del primer rey de Prusia. En 1806, aparecieron algunos días antes del enfrentamiento de los prusianos con el ejército napoleónico y en el que el príncipe Luis de Prusia encontró la muerte. En 1874, el historiador Jean-François Bladé relata en su obra Contes populaires recueillis en Agenais (Cuentos populares recogidos en Agenais), un caso de dama blanca que sube a una carreta antes de desaparecer ante los ojos de su conductor. Luego, con la progresiva llegada del automóvil, las damas blancas están al borde de las carreteras haciendo auto-stop. He aquí una pequeña historia de dama blanca, muy conocida por los servicios de gendarmería cerca de la landa de Lessay, en la Baja Normandía. Regularmente desde 1970, la carretera que conduce de Lessay a Coutances es teatro de numerosas apariciones. Los automovilistas ven en sus faros la encantadora silueta de una joven autoestopista vestida de blanco, levantando el pulgar. Parece de carne y hueso. Una vez montada en el auto, tiene palabras coherentes, deseosa de llegar a destino lo más pronto posible. Luego, al cabo de algunos kilómetros, los viajeros se dan cuenta de la repentina desaparición de su compañera de viaje. Es una chica, Gabrielle Robin, natural de Lessay, que fue víctima en 1970 de un accidente fatal. Todos los testigos han reconocido a la autoestopista fantasma en una vieja fotografía depositada en la gendarmería. El fenómeno se reproduce desde hace más de cuarenta años y ha sido objeto, hasta hoy, de numerosas investigaciones periodísticas.

Sus diferentes formas de aparición 

Las damas blancas se manifiestan de diferentes maneras. Pueden ser evanescentes: en este caso son sobre todo vaporosas y difícilmente identificables. En otros casos se muestran bajo una forma luminiscente, es decir que brillan por la noche. Finalmente, pueden aparecer de forma tangible, los testigos las han tocado, les parecían de carne y hueso.

 ¿Dónde encontrar a las damas blancas?


Si las damas blancas han sido vistas en diferentes épocas, también han sido vistas en diferentes lugares. Ciertas noches se puede encontrar bajo el resplandor de los faros, al borde de la carretera a la salida de Arches en dirección a Epinal, a una mujer que hace auto-stop. Una vez montada en el vehículo, ella les dirá palabras incoherentes y desaparecerá ante sus ojos. En 1997, un joven de 19 años acompañado por su amiga circulaba en automóvil por la salida de la Forêt sur Sèvre, en el Poitou-Charentes. Habrían visto claramente, en el haz de los faros de su auto, a una mujer vestida con un largo traje blanco atravesar la carretera delante de ellos, sin tocar el suelo, sobrevolándolo a algunos centímetros. Después del momento de estupor, trataron de verla por los retrovisores, pero ya había desaparecido. Cerca de Abreschwiller en Moselle, en los bosques que rodean la Roche du Diable, se encuentra un menhir, el “Kunkel”, donde se puede ver manifestarse a una dama blanca. También se encuentran apariciones de damas blancas en los castillos y sus ruinas: en las proximidades del bosque de Brocéliande, la dama blanca del castillo de Trécesson es el fantasma de una joven enterrada viva en 1750. Desde su muerte, ella recorre incansablemente el sendero que lleva al castillo. En Guérande, en la Gran Brière, Alphonse de Chateaubriand relata la historia de una dama blanca que, desde entonces, todavía se ve con frecuencia cerca del castillo de Lorieux. Las damas blancas también frecuentan los lavaderos: en los Deux Sèvres lo mismo que en el lugar llamado “Bréhéville en Meuse”, ustedes podrían ver por la noche a las lavanderas, enjuagando mortajas, a la luz de la luna. Igualmente las encontraríamos en las fuentes. En Bréhéville, en Meuse, en el castillo medieval, un espectro erraba por la noche llegando a una fuente. Con frecuencia se puede ver aparecer damas blancas en la superficie del estanque llamado “Mare-à-Cornu”, o en las orillas. Los que se han encontrado con ellas las describen como chicas muy hermosas, todas vestidas de blanco, que evolucionan al ritmo de las olas, jugando con los rayos de luna.

 Sus actitudes 

Ciertas damas blancas habrían sido observadas errando. En Hérault, una dama blanca contemporánea frecuenta los accesos de la estación de Ganges. Ella no hace auto-stop, simplemente deambula sin importunar. En otras circunstancias, lloran. En Dornot,en Moselle, en los cúmulos rocosos llamados “de la Frasse”, se manifiesta una dama blanca con gemidos y quejidos de sufrimiento. En Haucourt-Moulaine en Meurthe-et-Moselle, se habría visto, tanto de día como de noche, a una extraña dama blanca lamentándose, sentada en el suelo por las inmediaciones de la capilla de Bonsecours. Por la noche también se podrían oír sus alaridos. En los pasillos del palacio Tudor, la más famosa de estas apariciones es la joven Lady Catherine Howard, una de las esposas de Enrique VIII, ejecutada en 1542. Cada noche aniversaria de su muerte, ella sale de su tumba y merodea por los pasillos del palacio dando gritos abominables. La torre de Londres posee sus fantasmas y entre ellos el de Ana Bolena, esposa de Enrique VIII que fue acusada de adulterio y ejecutada en 1536. Con frecuencia se han escuchado sus gritos desgarradores en medio de la noche londinense. Las personas que se han cruzado con ella tuvieron la sensación de un soplo glacial que les atravesaba el rostro. En otros lugares, apelan a la fibra de la seducción. La monja provocadora de Morlaix tendría por costumbre pasearse por los pasillos del castillo levantando su falda para mostrar las piernas. En raras ocasiones, agreden. En Beaufou, en Vendée, en el puente llamado “del hombre muerto”, se encontrarían las lavanderas, espíritus más bien agresivos.

Las razones de sus apariciones 

Acabamos de conocer un poco más a las damas blancas, pero queda una pregunta por esclarecer y se refiere a la, o las, razones de sus apariciones. Entre todos los casos enumerados hasta hoy, resaltan tres razones principales que justifican tales fenómenos. Pueden aparecer en la fecha aniversaria de la muerte del difunto. Anne de Allevard, en el Isère, falleció al día siguiente de su boda, muerta por un jabalí. En la fecha aniversaria de su fallecimiento, aborda a los transeúntes para contarles su historia. La segunda razón es advertir de un peligro. En las proximidades de la ciudad de Intres, en Ardèche, sucede a menudo que al caer la noche, una joven, vestida de blanco, haciendo auto-stop, pide que se la lleve hacia la siguiente aldea. Al recogerla, desaparece sistemáticamente al cabo de algunos kilómetros a nivel de un puente donde se mató en 1977 en un accidente de automóvil. Finalmente, la razón puede ser el anuncio de una muerte. En 1588, en vísperas de la muerte de Charles Quint, un grupo de monjes habría observado en los pasillos, una extraña silueta de una mujer que llevaba un largo vestido blanco. Cuando iba a exhalar su último suspiro, Charles Quint se incorporó en su lecho, señalando con el dedo lo que nadie podía ver y luego entregó el alma. Si bien domina el color blanco, no es sin embargo el único que cubre a estos espectros femeninos.

 ¿Son siempre blancas?

En Lorena, por ejemplo, las mujeres verdes son de espíritus que se supone se encuentran cerca de los cursos de agua viva. Cerca de Gérardmer, ocuparían las riberas del Vologne, a nivel del “Saut des cuves”. En Escocia, en el castillo de Glamis, una mujer gris deambularía por la noche en los pasillos. En el Norfolk inglés, hay una dama morena, por la simple y buena razón de que llevaría un vestido de color oscuro. Por la localidad de Clamart, en Île-de-France, se les hablaría de la dama buena o dama rosa de los bosques de Meudon. En Montange, en el Ain, la gente del lugar conoce al fantasma que llama la dama negra del Rieu d’Enfer.

Las damas blancas de ayer a hoy 

Las manifestaciones del más allá siempre han existido. Antes, circulaban de boca en boca las historias de damas blancas que a menudo el tiempo se encargaba de deformar. Hoy, los medios son numerosos y las informaciones son accesibles más rápidamente. Por artículos, blogs o foros, los testigos se convierten en los periodistas del momento. A fin de verificar los testimonios, se han adelantado investigaciones, se han publicado libros y programas de televisión. Así, desde hace unos treinta años el fenómeno de las damas blancas ha cobrado importancia gracias a las herramientas de comunicación. Más allá de todas estas descripciones, ¿quiénes son realmente las damas blancas?

Espíritus en turbación 

A no dudarlo, en la mayoría de los casos las damas blancas son espíritus en turbación. Cuando un espíritu deja definitivamente su cuerpo, sigue una perturbación de orden psicológico provocada por un cambio de estado. El espíritu del difunto abandona bruscamente su cuerpo físico, acompañado por este otro elemento el “periespíritu”. Este último es el vehículo de su alma que lo conducirá en el más allá. Una de las circunstancias que provoca una profunda turbación, tiene que ver con las muertes violentas. En efecto, cuanto más brutal ha sido la muerte más turbado puede quedar el espíritu. La turbación se manifiesta entonces por la fijación de pensamientos. Éstos se vuelven obsesivos y repetitivos. Además como cada uno piensa de manera diferente, algunos podrán revivir indefinidamente el accidente, otros podrán seguir discutiendo entre sí, otros querrán volver a sus casas a toda costa. Como un disco rayado, las ideas giran en círculo. Si bien para la mayoría las damas blancas son espíritus en turbación, existen ciertos casos donde el fantasma se manifiesta de manera consciente. Es el caso del espíritu de María Estuardo, que regularmente aparece en la Torre de Londres. Su deseo es reclamar la injusticia de la que fue víctima. A este respecto, he aquí un testimonio recibido en sesión espírita: “Sí, María Estuardo siempre frecuenta la Torre de Londres y más exactamente la torre llamada la torre sangrienta. Muy a menudo, los guardas son testigos de ello. Sin embargo, ella no está en turbación, pero recuerda a su manera la injusticia de que fue víctima…”.

¿Por qué se habla de mujeres “blancas”?

Probablemente son numerosos los que han asimilado este color a un símbolo. En cierta época, las reinas que estaban de duelo se vestían de blanco y se las llamó reinas blancas. En tiempos de los celtas, ese color también fue símbolo de duelo. Entonces, ¿significa ella algo en particular para los que la ven? De hecho, el color blanco es resultado de la luminiscencia del periespíritu. Para comprender este fenómeno, es importante saber lo que es el periespíritu.

El periespíritu

El periespíritu es ante todo el vehículo del espíritu. Rodea al espíritu, de allí el prefijo peri que significa por encima de, alrededor de. El periespíritu es el intermediario entre el espíritu y el cuerpo. Es el órgano de transmisión de todas las sensaciones. Respecto a las que vienen del exterior, se puede decir que el cuerpo recibe la impresión, el periespíritu la transmite y el espíritu, el ser sensible e inteligente, la recibe. Cuando la acción parte de la iniciativa del espíritu, se puede decir que el espíritu quiere, el periespíritu transmite y el cuerpo ejecuta. Para resumir, el periespíritu rodea al espíritu; es el cuerpo semi-material que subsiste después de la muerte física y que le permite transportarse en el más allá.

Origen de su luminiscencia

Por su naturaleza y en su estado normal, el periespíritu es invisible pero, igual que ciertos fluidos, también puede sufrir modificaciones que lo hacen perceptible a la vista. Este efecto se puede comparar al del agua que puede pasar del estado sólido al estado líquido y luego al de vapor para volverse invisible, y viceversa. Estos diferentes estados del periespíritu son resultado de la voluntad consciente o inconsciente del espíritu. Cuando aparece un espíritu, pone su periespíritu en estado de hacerse visible ante los testigos, de los cuales saca la energía necesaria para su aparición. Así, en general, las damas blancas son espíritus en turbación, obsesionados por pensamientos recurrentes. Su presencia es visible gracias al periespíritu del cual emana una fuerte luz blanca cuando alcanza cierta densidad.

Encuentro con una dama blanca

Quien viviera esta experiencia, debe saber que el espíritu vive el sufrimiento de la turbación, y que por tanto necesita ayuda, es decir oración y pensamientos de amor, para encontrar su serenidad y su más allá. Es preciso liberar el espíritu de la prisión de sus pensamientos, tal como hacemos con cualquier otro espíritu en turbación.

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