Translate




 EVOLUCIÓN VENEZUELA ESPÍRITA          Nº 3 / SEP/DIC 2018
 
Afiliado a la Asociación Espírita Internacional CEPA
2ª ETAPA REVISTA DE CULTURA ESPÍRITA SEP/DIC


                                           PROFESOR JON AIZPÚRUA

LA C.E.P.A. Y LA DOCTRINA SOCIAL DEL ESPIRITISMO


Estoy convencido de que el punto de partida para la construcción y consolidación de un pensamiento social-espírita se halla en la absoluta honestidad y claridad con que se expresen los conceptos. Ciertamente, los líderes no debemos sucumbir a la tentación de las ambigüedades, de los oportunismos, de la demagogia, o de apelar al recurso innoble de las falacias o de los sofismas. Y en esto conviene recordar una de tantas enseñanzas elevadas de Jesús: Que tu palabra sea sí, sí, o no, no. La doctrina social espírita ha de encontrar su raíz indispensable en los postulados básicos sistematizados por Kardec, y a partir de ellos, en las consecuencias que se derivan hacia la vida encarnada, vale decir de relación indispensable con los demás. Y sobre esto conviene aprovechar al máximo las reflexiones y contribuciones de pensadores como Denis, Porteiro, Pires, Amorim o Regis. Otro elemento referencial absolutamente indispensable tiene que ver con aquellas definiciones humanísticas, éticas, sociopolíticas, ecológicas y espiritualistas con las cuales han de identificarse, natural y espontáneamente, los auténticos kardecistas, vale decir, los que miran y comprenden esta filosofía como una contribución para el entendimiento racional de Dios, el universo, la vida y el hombre, aliviada del lastre de cualquier perspectiva mitológica y antihistórica de "consolador" o "tercera revelación divina". Apenas para citar algunos enunciados concordantes diríamos que el espiritismo se sintoniza con el laicismo, el humanismo, el librepensamiento, el cosmopolitismo, el ecologismo, la democracia representativa, la libertad de prensa y de expresión, la pluralidad de partidos, separación de poderes, el sufragio universal y directo, la alternabilidad en el ejercicio del poder, el necesario equilibrio entre estado y mercado en el marco de una economía libre, la justicia social y la equidad como metas prioritarias, la coexistencia armónica entre la educación pública y privada, el pleno respeto a la diversidad humana en todas sus expresiones nacionales, étnicas o sexuales, así como la resolución pacífica de las diferencias o controversias entre las naciones. Y por antagonismo, el espiritismo rechaza la guerra, el racismo, la xenofobia, denuncia la miseria económica y social que afecta a una amplia franja de la humanidad en contraste con la opulencia de minorías de privilegiados, la corrupción administrativa, los regímenes dictatoriales de cualquier signo ideológico, la persecución contra los disidentes, el encarcelamiento, la tortura o el asesinato contra los detenidos; las pretensiones imperiales de las grandes potencias, la discriminación bajo cualquier pretexto; toda expresión de fanatismo, fundamentalismo o de superstición y de intolerancia religiosa, política o cultural. En resumen, la doctrina social espírita ha de promover los valores y principios contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual tiene una vigencia indiscutible, en tanto en cuanto no ha sido posible su plena aplicación en el mundo por la mayoría de los gobiernos signatarios. En nuestra visión, el espiritismo no es de izquierda o de derecha, que son categorías absolutamente superadas y anacrónicas. Las reformas éticas que suscribe y enseña el espiritismo no nacen de la izquierda o de la derecha, sino del interior del alma humana, en su más acabada expresión evolutiva, moral, intelectual, y espiritual. El espiritismo está consustanciado con la búsqueda de la verdad, con la honestidad en los sentimientos, en los pensamientos, en las palabras y en las acciones. Si no partimos de premisas como estas, comprendidas y asumidas en espíritu y en verdad, volveríamos a los lugares comunes y a la retórica disfrazada. Creo que la CEPA, en su actual generación de dirigentes tiene una oportunidad áurea para pronunciarse sobre esta materia tan vital y sentar un formidable precedente. Quién sabe si el próximo Congreso Panamericano a celebrarse en Madrid en 2020, pueda ser el escenario de un evento menos repetitivo y rutinario y más proactivo, tomándose en cuenta que se está asomando la idea de adoptar como eje para sus deliberaciones y discusiones, "el espiritismo y los problemas humanos", título de un magnífico texto de aquel espírita ejemplar que fuese Deolindo Amorim. Ahí les dejo amigos estas reflexiones, con el solo ánimo de invitarles, no a que piensen como yo, sino simplemente a que piensen sobre ellas.

EDITORIAL TOMADO DE LA REVISTA EVOLUCIÓN 
 Nº 3 / SEP/DIC 2018

No hay comentarios.:

Publicar un comentario