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                                           CLEVE BACKSTERS

LE JOURNAL SPIRITE N° 89 JUILLET 2012
DOSSIER TELEPATÍA Y FUERZA DEL PENSAMIENTO
EN COMUNICACIÓN CON LAS PLANTAS
por FABIENNE TOUZET


LOS EXPERIMENTOS DE CLEVE BACKSTER
Los descubrimientos hechos por un tal Cleve Backster hicieron gran ruido en 1966. Este hombre acababa de dejar la CIA. Era el especialista del detector de mentiras y no sospechaba que poniendo los sensores de sus aparatos sobre una planta verde de su oficina, cambiaría el curso de sus investigaciones. En efecto, observó que las reacciones obtenidas en el diagrama registrado, se parecían mucho a las obtenidas con los sujetos humanos durante sus interrogatorios. Entonces, ¿las plantas podían sentir emociones? Volvió a hacer otros experimentos con los vegetales para enterarse, llevando más lejos sus investigaciones, de que el solo pensamiento del experimentador, sus intenciones, su voluntad, parecían bastar para hacerlas reaccionar. Los trazos obtenidos sobre los sensores eran característicos, semejantes a los obtenidos en telepatía. Las plantas percibían un peligro potencial o la posibilidad de una satisfacción. Por ejemplo, un día decidió hacer sufrir una “agresión” a la planta: sumergió una hoja en una taza de café hirviente, pero la aguja del polígrafo no se movió. Decidió entonces quemar la hoja donde había colocado los electrodos. Según él, fue en el momento preciso de esta decisión, cuando le vino ese pensamiento (13min. 55seg. después del comienzo del experimento según el trazado) que el estilete del trazador de gráficos, empalmado a los sensores del polígrafo Cleve Backster enloqueció. Él no se había movido, ni hablado, ni tenido contacto con la planta o con los instrumentos dispuestos. Concluyó de ello entonces, dada la simultaneidad del pensamiento y del movimiento, que solamente una imagen mental podía haber estimulado a la hoja y que ésta había percibido su intención de poner su vida en peligro.

CHARLES DARWIN

Quisiera aquí remontar el tiempo para rendir homenaje al primer hombre que se interesó en la sensibilidad de las plantas: Charles Darwin. En sus trabajos sobre las plantas insectívoras (la dionea atrapamoscas) descubrió que los pelos que desencadenaban el cierre de las hojas eran insensibles al agua que caía sobre ellos pero que un cuerpo sólido del mismo peso producía una reacción de cierre de las hojas. Pero si ese cuerpo no tenía ningún valor nutritivo, entonces la hoja se volvía a abrir rápidamente. También se dio cuenta de que la planta experimentaba fatiga debido a los estímulos y que necesitaba cierto tiempo de recuperación. Pensó que las plantas podrían ser “domesticadas” y adaptadas al entorno del hombre, que el extremo de su raíz actuaba como el cerebro de un animal primitivo y dirigía los movimientos de las partes adyacentes. Su trabajo implicaba ya la noción de “sistema nervioso”  de la cual se habla hoy.

LAS PLANTAS Y EL ESTRÉS

A comienzos del siglo XX, un sabio indio, Sir Jagadis Chandra Bose, descubrió que podían anticiparse las reacciones de los hombres y de los animales estudiando las reacciones vitales de las plantas y mostró también que eran susceptibles de ser excitadas por los campos eléctricos. John C. Pierrakos, médico de Nueva York, afirmó haber desarrollado su capacidad de visión de un campo energético luminoso, radiante que vibraba alrededor de las plantas a un ritmo de 10 a 30 pulsaciones por minuto (ver también sobre este tema los trabajos de los esposos Kirlian). Un día recibió en su consultorio a una mujer inquieta y angustiada. Su crisantemo blanco, colocado sobre su
escritorio, pasó de 14-16 pulsaciones a 2 ó 3 por minuto en el momento en que ella se le instaló al lado. El campo luminoso de la planta desapareció, dejando una emanación gris. Después de repetidas observaciones, comprobó que las plantas eran muy sensibles a la emoción de los pacientes cerca de los cuales eran colocadas.

ACCIÓN DE LA ORACIÓN
Otro observador, el reverendo Franklin Loehr, contó en su obra La Influencia de la Oración sobre las Plantas que sembró semillas de flores en las mismas condiciones, en dos canteros. Las cuidó en la misma forma, pero por uno de los canteros rezó todos los días durante algunos minutos. Pudo comprobar que las flores que habían sido objeto de sus oraciones crecieron mucho más rápidamente y mucho más altas, y que parecían más fuertes.

CONTROVERSIA CIENTíFICA
A pesar de que los resultados de los experimentos de Backster conmocionaron a los mundos mediático y científico, fue criticado. Se le reprochó la falta de rigor científico en sus investigaciones, un dispositivo no adecuado, falta de precauciones en cuanto a la luminosidad, la temperatura… Otros continuaron después de él, y si bien para algunos, no siempre se determinó la prueba, otras personas, por el contrario, utilizaron estos descubrimientos con muy buen criterio. Algunos días después de haber pensado tratar este tema, escuchaba la radio en mi auto y caí por azar en una entrevista con Alain Baraton que, desde 1982, era el jardinero jefe del Dominio Nacional del Trianon y del Parque de Versalles. Decía haberse enterado de que se habían hecho experimentos en plantaciones de tomates: una parcela era trabajada normalmente y otra rodeada de vibraciones producidas por los teléfonos portátiles. Los científicos pudieron darse cuenta de que, en la segunda parcela, aparecían enfermedades vinculadas al estrés de la planta. En cuanto a Alain Baraton, hace crecer las flores de sus jardines haciéndolas escuchar la música de Johnny Halliday, “¡y son magníficas!” nos dice.

EL PSIQUISMO DE LAS PLANTAS

Una deducción de Backster es la siguiente: las manifestaciones paranormales en cuestión no deben ser definidas como “extra-sensoriales”, es decir, superiores a nuestros cinco sentidos, sino por el contrario, constituyen una “percepción primaria”, una suerte de vínculo psicosomático que une a todos los seres vivientes desde la célula hasta el hombre. ¿Qué piensan de eso los espíritus? Ya en 1980, se podía encontrar un comienzo de respuesta en el mensaje de Melchior de Entremont que nos explicaba esto: “La onda psíquica es la onda comunicante por excelencia; sigue siendo la primera cualidad del espíritu, de los espíritus, cualesquiera que éstos sean. Ante la unicidad de la materia, ya no es un secreto para vosotros, amigos del mundo invisible, dentro de vuestras fuerzas comunicantes. Ante esta ley única y maravillosa, surgida del poder cósmico, del poder único y divino, los psiquismos se conjugan, pues, de manera inconsciente sobre vuestro globo y esta interpenetración provoca múltiples cosas. Provoca simpatías y antipatías, tanto odios como amores, tristezas como alegrías. Provoca el estado del espíritu, cualquiera que sea su forma, humana, animal o vegetal”.

Otro espíritu viene a profundizar el tema luego de una pregunta planteada: ¿Cómo concebir el espíritu en el vegetal? Y esta es su respuesta: “Existe un error en asimilar, más o menos conscientemente, el psiquismo vegetal al psiquismo humano. Ahora bien, estas dos formas de espíritus no son asimilables y muy difícilmente comparables. Hay que dirigir entonces su investigación hacia otro mundo, el mundo vegetal, un mundo extraño, un mundo paralelo y sin embargo un mundo que forma parte de vuestra naturaleza y que debe ser parte dentro de la armonía, del fenómeno vital de vuestra naturaleza. No es razonable hablar de encarnación a nivel del vegetal. Es más justo hablar de manifestación psíquica a nivel de la naturaleza vegetal, y se ejerce a diferentes niveles según la naturaleza de los vegetales que se habrá de considerar… El espíritu es el resultado del Creador, yo no puedo definir a ese Creador. El espíritu atraviesa el espacio infinito cuando el Creador lo desea en el seno de su amor. Entonces, la energía espiritual se individualiza en el interior de reinos diferentes en planetas diferentes. Es preciso comprender, que en el interior del universo existe una programación esencial que progresivamente dará nacimiento a la forma. Eso no quiere decir, sin embargo, que el psiquismo individualizado dentro de la semilla que dará nacimiento a diferentes clases de vegetales no participe en la propia elaboración de su cuerpo vegetal. Eso quiere decir que ese psiquismo primario necesita recibir la fuerza programadora del espíritu divino para poder dar lugar a las formas convenientes de vida. Eso quiere decir también que la forma vegetal responde a una demanda de función y que esa función no se limita a las solas necesidades de la naturaleza vegetal, sino también a vuestra necesidad, a vosotros los hombres, tan cierto es que, desde este punto de vista, la armonía es indispensable”.

TODOS SOMOS RESPONSABLES
Somos responsables, nosotros los hombres, de esta armonía, y hace ya algunos años, los espíritus nos llamaron la atención sobre el porvenir de nuestro planeta: “El mundo invisible, nos dice, como ya ciertos hombres sobre este globo, está muy inquieto por el estado de vuestra naturaleza, es decir de la polución ambiental de esta misma naturaleza. Lo sabéis muy bien, esa agresión artificial y maléfica a vuestro globo vuelve a poner en tela de juicio la encarnación misma del espíritu humano sobre vuestro planeta, un planeta que se arriesga a sufrir un gran desequilibrio en algunos años. Estamos inquietos por el estado de la selva amazónica, estamos inquietos por el avance del desierto en África Central, pero también en ciertos puntos de Asia. Estamos inquietos por un retroceso del fenómeno vital creado artificialmente por las ambiciones humanas que no tienen sentido”. Estos miedos todavía están presentes hoy en este mensaje recibido en febrero de 2012: “Soy el hombre del bote neumático, soy Alain Bombard. Mi experiencia en el mar quería demostrar la ósmosis ecológica entre el hombre y la naturaleza, dentro de la fuerza del espíritu consciente. En la soledad de las olas, encontré el sentido de la divinidad de la vida y de las cosas que hacían que yo estuviera allí en ese elemento natural. Vuestra civilización pierde cada vez más ese vínculo con la naturaleza y eso es dañino para su equilibrio y su necesidad vital. Vosotros, que habéis encontrado a los druidas del tiempo pasado, id de nuevo a su encuentro en los mensajes recibidos. Esforzaos por salir de vuestras ciudades para regeneraros a la escucha íntima y meditativa de la naturaleza benéfica. Se recuerda sólo el aspecto científico y fisiológico de mi experimento, pero más allá significaba muchas otras cosas”.
Seamos pues cada vez más numerosos los que escuchemos estos gritos de alarma, para esforzarnos por preservar nuestro hermoso planeta y crear así esta armonía deseada para el bien de todos.

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