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                                                    Les taxis de la Marne


HISTORIA
EL ESPIRITISMO Y LA HISTORIA
por EMMANUELLE PÊCHEUR & ISABELLE CHEVALIER


LE JOURNAL SPIRITE N° 85 JUILLET 2011

Le Journal Spirite gusta de presentar a sus lectores temas variados que suscitan el interés y la curiosidad de los espíritas, temas que esperamos sean siempre instructivos y agradables de conocer. En el mes de marzo, organizamos una conferencia durante la cual se trataron hechos históricos y para los que el espiritismo ha aportado algunas explicaciones. Necesidad de instrucción Todos estamos de acuerdo en afirmar que necesitamos saber de dónde venimos y conocer nuestra historia familiar para ubicarnos psicológica, social y profesionalmente. Está reconocido por los expertos médicos y sociólogos que el hombre sin raíces sufre un desequilibrio perjudicial para evolucionar con los demás y construir su porvenir. Así, más allá de su familia y de su entorno cercano, el hombre siempre ha necesitado comprender quién era, de dónde venía, identificar su lugar en el seno de su sociedad. A través de los milenios, desde la prehistoria hasta nuestros días, no hemos dejado de mejorar nuestra cotidianidad, de cultivarnos inventando la escuela, de ubicarnos con relación a los demás perteneciendo a una comunidad, a una casta o a un país y simultáneamente, el ser humano siempre ha sentido la necesidad vital de dejar huellas de su paso, a todo lo largo de su historia sobre la Tierra. ¿Por qué? Para afirmar su existencia, para marcar su evolución. Las realizaciones arquitectónicas, los escritos y las ciencias, ¿no son prueba de ello? ¿Qué es la Historia? La palabra “historia” viene del griego antiguo historia, que significa “investigación”. La historia es la investigación sobre la vida de los hombres: los movimientos sociales, las revoluciones, la ciencia, las técnicas, las religiones, las filosofías. Es un relato, una construcción humana. La historia, los numerosos hechos catalogados a través de las edades tienen el mismo objetivo: recordar para avanzar siempre hacia el mejor vivir juntos. Sin embargo, la historia es ante todo un relato, una construcción humana, lo que implica que, cuando se recorren sus libros, quedan numerosas zonas de sombra. Desde hace tiempo, son objeto de interrogantes y estimaciones por parte de intelectuales, historiadores, periodistas o sociólogos, en busca de la verdad absoluta. ¡Y es entonces cuando se mide toda la dificultad de estudiar esta Historia! ¿Cómo saber la verdad de lo que realmente sucedió en tal o cual época? ¿Cómo discernir entre lo verdadero y lo falso? Pues al fin y al cabo la Historia está escrita y reescrita por los hombres y por tanto, es susceptible de ser deformada, exagerada, y ¡hasta inventada! El espiritismo, filosofía innovadora de la Historia del Hombre es una formidable herramienta de investigación. Para la Historia, y a través de las sesiones espíritas, sería un estupendo medio de restaurar el desarrollo de los hechos históricos. ¿Entonces los espíritas sienten curiosidad por todo, sienten curiosidad por ellos mismos y por su génesis? Sí, efectivamente.
El siglo XX fue teatro de numerosos acontecimientos a través del mundo, portadores de cambios, por no decir mutaciones, que transformaron el rostro de las sociedades mundiales. Para no golpear las conciencias o para mantener el control de estos hechos, algunos son ocultados o guardados en secreto y muy particularmente, cuando hay intervención de lo paranormal. Es el caso en los dos eventos que les vamos a relatar, los taxis del Marne y la batalla de Inglaterra.

Los taxis del Marne
Desde septiembre de 1914, el gobierno previó requisar los taxis para evacuar de París los archivos del Ministerio de Guerra en caso de amenaza alemana, constituyendo a este efecto una reserva permanente de vehículos. Pero fue por un uso inesperado que los taxis parisienses se convirtieron en los taxis del Marne. El ejército alemán está a las puertas de París y el mariscal Joffre decide contraatacar. Como los vehículos y la gasolina son escasos, el envío de hombres por carretera y a pie pone en peligro la eficacia del contraataque. Para enviar tropas de refuerzo al frente, el general Gallieni, entonces gobernador militar de París, decide requisar los taxis, para completar el transporte de las tropas por tren. En la jornada del 6 de septiembre, 630 taxis son movilizados y reunidos en la explanada de Les Invalides, para transportar cerca de 4.000 soldados hacia el frente situado a 100 Km. de París. Por primera vez en la historia, un número muy importante de soldados de infantería fue trasladado al campo de batalla gracias al automóvil y, aunque esta llegada de unos 5.000 hombres no fue decisiva en la victoria del Marne, fue sin embargo muy apreciable en la batalla que se desarrolló.

En 1985 se manifestó el espíritu Georges Clémenceau, para aportar los detalles ocultados de esta estrategia militar para la cual la mediumnidad fue clave en esta página de la historia. “Deseo dar testimonio ante vosotros de la ayuda de los espíritus en la resistencia al enemigo de entonces para la defensa del suelo de Francia durante la gran guerra. Una noche, perdidos sobre nuestros mapas con los Oficiales de Estado Mayor, tratábamos en vano de detener el avance de las líneas alemanas. Nuestros estudios llegaban siempre a la misma conclusión, falta de material. Entonces, para estupefacción de todo mi entorno, a eso de las dos de la mañana decidí llamar a la gran vidente y médium, Madame Fraya. La Sra. Fraya llegó al Elíseo hacia las tres de la mañana y allí, le planteamos el problema. Su cuerpo se había relajado. Parecía dormitar. Un espíritu hablaba por su boca y como un leitmotiv, repetía sin cesar: ‘los taxis, los taxis’. Entonces comprendimos que era necesario utilizar todos los vehículos utilitarios de la ciudad de París y fue así como, por un mensaje espírita, la gran guerra dejó en la historia, la aventura de los taxis del Marne”.

Pero, ¿quién es Madame FRAYA?
Valentine Dencausse o Madame Fraya, médium clarividente de comienzos del siglo XX, conocida de la alta sociedad y el gobierno francés por sus predicciones, adquirió un gran renombre al anunciar que Alemania desencadenaría una guerra mundial que terminaría por perder. A comienzos del año 1914, le anunció al príncipe Félix Youssoupoff, miembro de la alta aristocracia rusa, primo por alianza del zar Nicolás II, que “asesinaría a alguien con sus manos y tendría la impresión de hacer una buena acción”. El 16 de diciembre de 1916 en Moscú, Youssoupov mató con sus manos a Rasputín, el consejero oculto de Nicolás II, después de haberlo atraído a los sótanos de su palacete particular. Muchos años más tarde, Youssoupov, entonces exiliado en París, confirmó la realidad de la predicción. Madame Fraya leyó las manos de todas las celebridades de la Belle Époque, desde Sarah Bernhardt, hasta Jean Jaurès. Predijo a Marcel Proust un éxito esplendoroso en un momento en que estaba reducido a publicar sus manuscritos por cuenta propia.

Marchemos ahora a Inglaterra y citemos el segundo acontecimiento en que el espiritismo intervino de nuevo: la batalla de Inglaterra que duró tres meses, de agosto a noviembre de 1940. Una vez sometida Francia, Hitler sueña con invadir Gran Bretaña que resiste resueltamente a la expansión del III Reich. La invasión es precedida por una encarnizada batalla aérea que dura varios meses, pero que va a forzar a Alemania a renunciar a sus planes. Londres es bombardeada muy duramente, pero Inglaterra se salva. ¿Qué papel pudo jugar el espiritismo en este importante evento? Nos apoyaremos en un extracto de las palabras del General de Gaulle para descubrirlo: “Varias veces establecimos comunicaciones espíritas con el más allá. Esas comunicaciones no eran para sorprenderme en aquel momento, pues mi autor preferido, aquí en Inglaterra, era Sir Oliver Lodge. Fue por la reiterada insistencia de Sir Winston Churchill que organizamos sesiones de espiritismo en compañía de Lord Chamberlain y de Anthony Eden. Esas sesiones tenían un objetivo definido: entrar en contacto con las almas de soldados fallecidos en Dunkerque pero también en los aires, para poder conseguir de su parte, en la medida de lo posible, informaciones precisas en cuanto a la naturaleza exacta de sus muertes, en cuanto a sus posiciones durante su batalla y su enfrentamiento con el enemigo. Muchas entidades estaban entonces en turbación, pero no todas, sin embargo. Y es necesario que os revele esta noche que durante tres años consecutivos nos comunicamos juntos con el más allá y por ese medio, obtuvimos numerosas informaciones por parte de entidades que vinieron a mantenernos firmes. Los que todavía hoy aseveran que la batalla de Inglaterra, y quiero hablar del conflicto aéreo, se ganó gracias a los mensajes espíritas, tienen razón de decirlo y escribirlo”. A través este testimonio post mortem vemos cuán decisiva puede resultar la comunicación con los muertos cuando el ser humano se encuentra desprovisto.

El segundo imperio
En 1985, el espíritu Napoleón III se manifestó en sesiónespírita: “Vivimos la extraordinaria época del nacimiento del Espiritismo en Francia. Eugenia y yo éramos entusiastas de las sesiones espíritas y varias veces nos reunimos con Allan Kardec. Es difícil imaginar, en vuestro siglo, la importancia del personaje que tenía entonces un millón de adeptos en suelo francés y cuyas obras eran reeditadas todos los años. Es difícil comprender el alcance, a la vez filosófico y social del movimiento espírita en el siglo XIX. Allan Kardec no estaba de acuerdo con mi política y me acusaba de haber utilizado las urnas de la República para restablecer el imperio, y tenía razón. Eugenia siempre pensó que yo debía abdicar, y los espíritus me lo aconsejaron. No quise seguir sus mensajes y, un año después de la muerte de Allan Kardec, fue el drama de 1870 y el desastre de Sedan”.
Napoleón III quería extender su imperio a los países fronterizos mientras que Guillermo de Prusia y su canciller Bismarck tenían las mismas ambiciones. Esas discordias entre emperadores llevarían a Francia a la guerra en 1870, a la abdicación forzada de Napoleón III y la anexión de Alsacia y Lorena por parte de Prusia, convertida más tarde en Alemania. Las ambiciones de Napoleón III estaban condenadas al fracaso y tuvieron para Europa las graves consecuencias que acabamos de citar. Pues fue la anexión de Alsacia y Lorena el contencioso infranqueable entre Francia y Alemania que originó la primera guerra mundial, y por encadenamiento, la segunda. ¿Qué decir de lo que siguió? El muro de Berlín, la dictadura estalinista, la supremacía norteamericana, etc. Diremos pues, que si no se quiere que la historia se repita, es necesario extraer sus enseñanzas. La Historia es el patrimonio del ser humano y con ella, el hombre enriquece su pensamiento y su reflexión. Comprende entonces que su presente está íntimamente vinculado a su pasado y que el ayer ha dado forma al hoy. El estudio de la Historia permite comprender la evolución de la humanidad, tanto desde el punto de vista de los conocimientos y de las técnicas como de la moral, aunque todavía queda mucho por hacer.

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