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                                      PASCAL FORTUNY

LAS FACULTADES PSÍQUICAS
por MARIE-NOËLLE COURTIOL

LA CLARIVIDENCIA SIMPLE
LE JOURNAL SPIRITE N° 111 janvier 2018


La clarividencia simple es una facultad que permite entrar en contacto de manera telepática, exclusivamente con un ser encarnado. En cuanto a la clarividencia mediúmnica, ella también permite establecer clarividencias simples sobre un ser viviente, pero igualmente entrar en contacto con un espíritu desencarnado. Allí se encuentra la diferencia entre estas dos formas de clarividencia. En ambos casos, el trabajo se realiza lo más a menudo a partir de un soporte fotográfico. El clarividente tiene la facultad de captar los pensamientos del espíritu así como las vibraciones del periespíritu. En circunstancias particulares, nuestra naturaleza, que es eminentemente espiritual, puede llegar en cada uno de nosotros, a percibir telepáticamente, a saber bajo la forma de energía vibratoria, datos relativos a personas o a eventos, es decir presentar estados de clarividencia espontánea, y ponerse en relación con la transmisión de pensamiento o telepatía. En los ejemplos que siguen, abordaremos sólo la clarividencia simple realizada y ejercida en nuestra asociación.
Antes que nada, he aquí un extracto de mensaje recibido del espíritu Pascal Fortuny que viene a hablarnos de esta facultad: “La clarividencia es un fenómeno extraordinario y natural inherente a vuestras naturalezas espirituales. No ignoráis que sois Espíritus y que todos recibís en un momento u otro de vuestra vida, flashes o clisés que os indican ciertos signos. Qué buena la clarividencia cuando no es vendida, sino cuando es compartida. Qué buena la clarividencia cuando puede ser vivida tanto para el clarividente como para el que la recibe. La clarividencia ha sufrido mucho, y aún sufre mucho, todas las formas de comercio, todas las formas de mentiras y charlatanismo que la disfrazan, que la transforman muy desdichadamente para toda la humanidad. No obstante la clarividencia es tan verdadera, tan fuerte y tan hermosa. Para el clarividente la clarividencia consiste en ver al espíritu, sentir su carácter, su psicología, en definirlo mejor de lo que podría definirse él mismo y hago alusión al quídam, al individuo que recibe la clarividencia. Si la clarividencia existe, por naturaleza y procede de la Divinidad, es porque es indispensable a los hombres. Hombres de filosofía, hombres de medicina han estudiado el equilibrio del individuo en la sociedad. Han aportado respuestas globales pero el clarividente no aporta una respuesta global, aporta una respuesta individual. Y así, llega más directamente a lo que denominaré el fondo del alma, la naturaleza de los sentimientos, el origen del espíritu, la fuente de un problema y es así y es en ello como puede ser equilibradora. En consecuencia, todo lo que se diga será, muy importante para el equilibrio del que consulta al clarividente”. Como se precisa en este mensaje, el clarividente tiene un papel importante que jugar, pues su facultad le permitirá recibir informaciones y consejos sobre lo que es bueno emprender o evitar. En telepatía con su entorno, sacará todas las informaciones que permiten aportar una ayuda preciosa al que la necesite. La clarividencia siempre será colocada bajo el ángulo del consejo aportado para vivir mejor su encarnación, y nunca como una exigencia a someterse a una autoridad que tendría todo el poder sobre la persona que solicita esta ayuda. En nuestra asociación, ciertos espíritas reciben su facultad de clarividencia de un Espíritu en sesión espírita, que en esa revelación simplemente les recuerda su elección. Se seguirá entonces un trabajo de desarrollo, más o menos largo, en sesiones llamadas “experimentales” realizadas con regularidad y seriedad. Estas personas se volverán operativas cuando el espíritu venga a confirmar el estado de avance de su facultad. A continuación les entregamos algunos testimonios realizados por Lisa, una clarividente operativa.

TESTIMONIO DE UNA ESPÍRITA
 “Quisiera dar testimonio de clarividencias realizadas por Lisa sobre fotos de mis dos hijos. He aquí algunos extractos: Para uno al que llamaré Paul: «Lo veo trepar, he visto andamios. Veo peñascos en la montaña. Tengo la impresión de que eso parece una precaución, el hecho de verificar bien su material, de no confiar en nadie. Tengo la imagen de bomberos. Veo imágenes en blanco y negro del siglo pasado, imágenes de cine mudo, con Charlie Chaplin y Buster Keaton. Siento como si éste estuviera centrado en la toma de riesgo, en control de los peligros». Para François: «Él es muy abierto, muy natural, muy a gusto con los demás. Hace muchas preguntas a la gente. Necesita gastarse. Está muy a gusto con los niños, muy pedagogo, muy jugador. Adora la vida de familia, le encanta ver a sus parientes. Veo una silla de ruedas. Él necesita sentirse útil, ayudar. No soporta la indiferencia, debe dejarse llevar fácilmente respecto a eso. Veo el medio hospitalario, blusas blancas…». Estas dos clarividencias me han impactado particularmente por cuanto
las he encontrado exactas así como los rasgos de caracteres presentados y las actividades descritas. Ya mis hijos, ambos, son bomberos y practican la escalada desde hace más de doce años. La seguridad siempre ha sido un elemento esencial para ellos en este deporte. Paul ha trepado mucho en la montaña. En cuanto a los andamios, puede vincularse a su primer empleo donde su papel consistía en comprobar la seguridad de cada puesto de trabajo tanto en la empresa como en las construcciones. Paul siempre soñó con ser bombero y desde los quince años se incorporó como bombero voluntario. Le ha encantado todo lo que se le ha enseñado sobre seguridad. La escalada ha sido una buena escuela. Sus estudios también han sido dirigidos hacia el campo de HSE (higiene, seguridad y entorno). Respecto a la imagen de las películas de Buster Keaton, Lisa me explicó que el mensaje recibido mostraba ante todo el trabajo de prevención realizado en la secuencia de la película porque todo se derrumba alrededor del actor y él solo queda a salvo. Este flash representa verdaderamente a Paul, que actualmente trabaja en la prevención de riesgos y protección de las personas. Ese proyecto profesional data de su fin de año de licenciatura realizado en 2013, mientras que la clarividencia fue hecha en abril de 2012. En cuanto a François, él es en efecto muy abierto, muy natural y se da con todo el mundo. Adora a los niños. Quiere jugar y tiene mucho humor. Con frecuencia hace mímica de lo que cuenta, lo cual gusta particularmente. Quiere a la gente, y ocuparse de ella es importante para él. Además, verdaderamente necesita agotarse para evacuar todo el estrés y las angustias que le acompañan en su cotidianidad. Para ello, hace mucho deporte. Después de haber querido ser educador deportivo, se orientó más bien hacia el campo sanitario. Lisa ve el medio hospitalario y las blusas blancas. François es paramédico y trabaja en emergencias. Esta verdadera vocación se desarrolló cuando me encontré en una silla de ruedas y él se ocupó particularmente de mí en esa época. La imagen de la silla de ruedas también es pues una realidad, una realidad que marcó su vida y que todavía está muy presente en su oficio. Puedo añadir que François da mucha importancia a la familia”.

OTRO TESTIMONIO DE UNA ESPÍRITA

“El testimonio que les daré se refiere a dos sesiones de clarividencia simple efectuadas por Lisa sobre mi hijo en dos períodos diferentes de su vida. La primera tuvo lugar el 4 de octubre de 2001 cuando él tenía catorce años. Estaba en un período muy difícil: no estaba muy maduro y tenía una muy mala imagen de sí mismo. Contaba muchas mentiras y robaba dinero para comprarse trajes de marca o juegos. Era violento y agresivo al punto de dar puñetazos en las paredes y en las puertas, con riesgo de destruirlas y se mutilaba con un cutter. Yo estaba indefensa, desamparada y tenía deseos de ayudarlo pero no veía cómo podía hacerlo. Le pedí entonces a Lisa que hiciera una clarividencia sobre él para intentar ver un poco más claro en él y en su comportamiento. Le di pues una fotografía para que entrara en telepatía con él. Las instrucciones que recibí me permitieron saber dónde se hallaba su malestar. También me guiaron en mi actitud respecto a él. Cito: «Reflexiona mucho, no quiere quedarse con un problema, es preciso que encuentre una solución. Eso puede volverlo agresivo a veces. Quiere tocar todo, está ansioso. No hay que frenarlo sino que se le puede advertir. Si se la impide, podría ser todavía más destructor. Va a cometer errores, sufrirá por sus errores, pero eso lo volverá más tolerante y más tranquilo». Esa sed de conocerlo todo fue vivida de la manera siguiente: abandonó la escuela a los quince años porque el sistema escolar no le complacía y deseaba hacer un aprendizaje en pastelería. Dejó luego el oficio de pastelero para hacer reemplazos en las obras públicas. Rápidamente se dio cuenta por sí mismo de que ese no era un oficio para él. Trabajó en un restaurante de comidas rápidas. No le impedí hacer lo que deseaba, pues me decía que necesitaba tener su propia experiencia. De todos modos, lo que decidía lo hacía, aunque yo no siempre lo viera con buenos ojos. Por otra parte, la clarividencia decía además que él era alguien muy decidido, muy testarudo, y eso era cierto. Respecto a los errores cometidos y lo que ha sufrido, pienso en la droga que tomó y que lo llevó a sobrepasar los límites de lo que se puede tolerar. Se dio cuenta y eso lo hizo muy infeliz, pero quiso salir de ello por sí mismo. Hoy, puedo decir que es más tranquilo y más tolerante ha sido dicho así en la clarividencia.
También se le dieron consejos, lo que me permitió hablarle de eso, pues no le había dicho que le había dado su fotografía a una clarividente. He aquí la siguiente: «Es preciso que aprenda a relajarse, a calmarse. Es preciso que vaya a menudo a la naturaleza, eso lo regenerará, hay una suerte de comunión entre la naturaleza y él… Pienso en el dibujo, como si tuviera deseos de expresarse por el dibujo». Esta clarividencia, él la leyó. Pienso que, aunque no hizo comentarios al leer estos consejos, los aplicó pues lo he visto ir a la orilla de los estanques, e interesarse en la pesca algo que no había hecho nunca antes. Hasta dijo que le encantaba esa actividad para aligerarse y relajarse. Se inició en el dibujo y hasta se compró un pequeño modelo articulado para poder dibujar personajes en movimiento. De estas dos actividades que practicaba en menor medida, hay que confesarlo, conservó el gusto por el dibujo. De esta clarividencia, hemos vuelto a hablar juntos a veces y aunque siempre permanece reservado, reconoce la exactitud de las palabras.
Han pasado varios años y le pedí a Lisa que hiciera una segunda clarividencia sobre él. Esta vez, el pedido lo hice para tranquilizarme. Ahora Jérémy tiene veintiséis años y puedo afirmar que ha salido del período difícil en el que se encontraba. Ya no toma drogas, está empleado y parece tener algo más de confianza en él. La segunda clarividencia contiene aún muchos consejos para él. Por supuesto, le di cuenta de ella y siempre la leyó con la misma mirada curiosa. Le muestra que aún puede progresar en su actitud. Cito: «Quiere hacer muchas cosas y cuando se dedica a varias cosas, nunca llega hasta el fin. Es preciso que se asiente. Debe aprender a organizarse, a asumir prioridades, a ir hasta el fin de una tarea y no hacer promesas que no serán cumplidas. Es preciso que madure, que reflexione sobre el sentido de la vida para crecer». Cuando releo las dos clarividencias, me doy cuenta, además de todo lo que acaba de ser descrito, que el temperamento de mi hijo es siempre el mismo, así tenga catorce o veintiocho años. En la primera, se podía leer: «Desea avanzar, desea abrir puertas», la segunda dice de él: «No se está quieto, quiere hacer muchas cosas». Sus inclinaciones que se manifiestan reales para las ciencias, se encuentran en las dos clarividencias.
Cito: «Se interesa por el progreso y la técnica», palabras de la clarividencia de 2001 y «es muy curioso, muy atraído por la ciencia», palabras de la de 2011. Estas dos clarividencias son de una ayuda preciosa y a la vez considerable para mi hijo y para mí. Nos permiten comprendernos mejor mutua e individualmente. Nos aportan elementos que nos hacen avanzar en el buen sentido y nos tranquilizan. También demuestran que es importante conocerse bien y conocer bien a los demás para progresar juntos”.

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